Para asegurar la seguridad de edificios y sus ocupantes, es esencial implementar soluciones de protección contra incendios que comúnmente involucran el uso de puertas cortafuego. Para determinar su resistencia al fuego, se requiere la clasificación y rigurosas pruebas según documentos normalizados. La elección de la normativa adecuada depende de las regulaciones y mercados específicos. En este caso, se centra en la Legislación europea, norma EN 1634-1:2014+A1:2018, desarrollado por el Comité Europeo de Normalización (CEN), y la estadounidense UL 10C:2016, creado por Underwriters Laboratories (UL).
En ambos casos, el objetivo es evaluar cuánto tiempo una puerta puede mantener su función de compartimentación durante un incendio. Para lograrlo, se establecen parámetros de prueba que simulan las condiciones de un incendio, con criterios de evaluación relacionados con su estanquidad (no permite la propagación del incendio a través de la puerta) y el aislamiento térmico (para evitar que se alcancen ciertas temperaturas en el lado no expuesto al fuego). En la prueba UL, también se evalúa si la puerta permanece intacta en ciertos aspectos después de la exposición al fuego y se somete a un chorro de agua a presión.
En cualquier caso, es posible aplicar simultáneamente criterios de prueba y evaluar la resistencia al fuego de la puerta según las perspectivas de ambas legislaciones. Esto permite realizar una sola prueba para determinar si una puerta cumple con los lineamientos de ambas regiones. Para mayor precisión, se aplican los parámetros de prueba de la norma más estricta, lo que abarca los criterios del menos exigente.
En una prueba específica realizada en dos puertas de hoja única, se cumplieron los criterios de ambas regiones. Ambas puertas demostraron la resistencia al fuego durante toda la duración de la prueba al ser sometidas a una exposición directa al fuego y radiación térmica. A pesar de las altas temperaturas y la intensa radiación, las puertas no presentaron ningún daño estructural, manteniendo su integridad sin sufrir deformaciones ni cambios en su funcionalidad.
Las clasificaciones obtenidas de la prueba de resistencia al fuego europea para las puertas fueron: EI260 y EI130.
La evaluación de ambas puertas desde la Reglamentación vigente en Estados Unidos, bajo el estándar UL 10C:2016, arrojó los siguientes resultados:
– Resistencia al fuego durante 60 minutos. Durante este tiempo, las muestras cumplieron con los requisitos estructurales y mecánicos.
– Prueba de Chorro de Agua. Al aplicar el chorro de agua, las muestras se mantuvieron íntegras según los criterios especificados en la norma.
La clasificación obtenida de la prueba de resistencia al fuego UL es «puerta resistente al fuego de 60 minutos con resultado positivo en la prueba de chorro de agua».
Las pruebas de resistencia al fuego según los ensayos normalizados EN 1634-1:2014+A1:2018 y UL 10C:2016 son fundamentales para garantizar la seguridad en caso de incendio en edificios. Estas pruebas exhaustivas evalúan la capacidad de las puertas para resistir la propagación del fuego, limitar la transferencia de calor y mantener su integridad estructural. Además, brindan seguridad a los equipos de intervención, como los bomberos, al garantizar que las protecciones estructurales, como las puertas cortafuego, no se vean afectadas por el chorro de agua a alta presión. El cumplimiento de estándares internacionales promueve un entorno de construcción seguro y confiable. Los resultados obtenidos definen el comportamiento de las puertas como elementos constructivos seguros tanto para los edificios como para sus ocupantes.